jueves, 19 de junio de 2025

Soy una paradoja sin testigos

 ¿Quién soy yo?



Cada vez que intento responder, me disuelvo un poco. No soy lo que otros dicen de mí. Ni el elogio ni el reproche me definen. No soy lo que hice, ni mis títulos. No soy lo que me hicieron, ni mis traumas. Ni los relatos con los que la memoria me seduce. No soy una historia clínica, ni un diagnóstico con receta médica. No soy una biografía pulida para el currículum, ni un álbum de fotos donde siempre sonrío. Porque: Mis pensamientos son míos —aunque a veces no los comprenda. Mis emociones son mías —aunque me arrastren como ríos. Mis valores son míos —aunque hayan sido sembrados por otros. Mis actos son míos —aunque me contradiga a cada rato. No necesito la mirada de otro para saber quién soy. Ni la voz del psicólogo, ni el juicio del psiquiatra, ni el guión del coach, ni el afecto inseguro de quien me aprecia desde su miedo. La verdad es simple: El mapa está en mí. La brújula también. Solo tengo que aprender a leerlos: no con urgencia, ni con prejuicios, ni con sabidurías ajenas, sino con la calma del que escucha su eco en el silencio. Y aunque tal vez nunca lo sabré del todo, porque mientras más me reconozco, más cambio, como la arena en el viento.

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